Rayden no necesita etiquetas para triunfar

Rayden sobre el escenario del WiZink Center / Alba Vivancos
8000 personas se dieron cita el sábado en el WiZink Center para celebrar sus 20 años en la música

Hay canciones que traspasan fronteras. Que diluyen emociones invisibles a primera vista y que florecen desde las entrañas. Temas que sobrepasan al autor. Que cobran otro significado ajeno al propio conforme aumentan las escuchas. Si logras conectar con tu público de tal manera, ya tienes un largo recorrido realizado. Haz de luz es una de ellas. Ha sido un rayo de esperanza al que aferrarse durante la pandemia. El himno nupcial por referencia del confinamiento. La banda sonora de una época ya instalada en la memoria de todos. Pero, por encima de todo, ha logrado pervivir y sobrepasar otras sintonías, estrofas y melodías.

La música tiene la capacidad de unir y emocionar. Por eso mismo, todos tenemos una canción que reconocemos como nuestra. Que nos acompaña a lo largo de la vida. Que se aferra a nosotros como si de un amuleto se tratara. Haz de luz esconde detrás una pequeña pregunta. Pero, también es el himno de las relaciones a distancia. La bandera de la libertad y la valentía. El faro del amor; el mapa de las idas y venidas. La brújula de los sueños y deseos; la voz de anhelos y desvelos. Y la noche del sábado, 8.000 linternas iluminaron el WiZink Center y corearon al unísono la frase por excelencia: «Quiero que nos volvamos a ver».

Era su sueño. La ilusión de un versátil creador que imaginó una carrera musical planeada hasta el milímetro. Un año después de lo previsto, Rayden dio por finalizada una etapa profesional por todo lo alto. Antónimo (Warner Music, 2017), Sinónimo (Warner Music, 2019) y Homónimo (Warner Music, 2021) esconden detrás una trilogía de lamentos, protestas y pasiones que formaron parte de las 40 canciones que se escucharon en el antiguo Palacio de Deportes de la capital. Casi tres horas de música en directo en una noche de celebración en la que la libertad, los brincos, los abrazos, los llantos y los bailes volvieron al WiZink Center. Puntual como un reloj y ante un público ejemplar que no se desprendió en ningún momento de la mascarilla, David Martínez Álvarez exhibió su impecable memoria y envidiable capacidad física.

No faltó la generosidad

En ese espacio de tiempo no faltó la generosidad. Rayden reunió invitados de lujo como Ciudad Jara, Ruth Lorenzo, Fredi Leis, Alfred García, El Momo y Mäbu, que no dudaron en compartir escenario para celebrar sus 20 años de trayectoria. Alice Wonder fue la protagonista de uno de los momentos más cautivadores de la noche. El mejor de tus errores creó una atmósfera inigualable gracias a la inconfundible voz de la madrileña y la sensibilidad del maestro de ceremonias.

Bely Basarte, una de las piezas fijas en el tablero, iluminó las pupilas de los presentes con Careo y Vía de escape. El carisma de Andrés Suárez también estuvo presente en el gran festejo de la amistad y Un solo ser no faltó a la cita. Ante un anuncio inesperado de un posible EP conjunto, Álvaro de Luna y su inseparable guitarra aparecieron sobre las tablas para presentar Antifaz, una de las canciones que formarán parte de su próximo álbum y en el que Rayden colabora. Las gallegas Tanxugueiras fueron la gran sorpresa de la noche. Los artistas aprovecharon la ocasión para deleitar a los presentes con su próximo tema conjunto: Averno, una mezcla de folk y urbano cargado de tradición, poderío y júbilo.

El confeti estalló durante el fin de fiesta / Alba Vivancos

Los versos libres, la humildad y las reivindicaciones hacia el sector de la cultura también se hicieron hueco ante un público intergeneracional que aclamó himnos como Imperdible, Beseiscientosdoce y La mujer cactus y el hombre globo; y que saltó por todo lo alto con la filosofía de Ubuntu, el aullido de Habla bajito y la rabia de Meteorito. Rayden es capaz de crear cánticos perennes y letras permanentes imposibles de envejecer. Bastó con escuchar a un WiZink ovacionar temas como Matemática de la carne.

La gira continúa

El de Alcalá de Henares subió al escenario con el escudo protector de una banda vigorosa que muchos querrían. El animador del cotarro, Dj Mesh (Jorge Gómez), sedujo con su fiel scratch; y Mediyama demostró, una vez más, ser un animal escénico. El músico y cantante escoltó al protagonista de la jornada sin sombras ni pelusas hasta pasar a las primeras filas con la potestad de Xtravaganzza. Solo necesitó alzar al aire un canto vikingo y unos solos propios de un cantante de rock para echarse al público al bolsillo. Ahora, juntos continúan la eterna celebración musical con una gira alrededor del territorio español que recorrerá ciudades como Murcia, Valladolid, Badajoz, Toledo y Santander y que dará comienzo en febrero.

Si algo ha evidenciado el alter ego de David Martínez durante 20 años en la industria es que la música no entiende de edades, de emociones ni géneros. 100 canciones inclasificables que definen un estilo propio e indefinido. Rayden no necesita etiquetas para triunfar.

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