El cantante madrileño estrena nueva canción después de recibir este verano un disco de oro por la versión acústica de Llórame
Zetazen es una fuente imprevisible de sorpresas. Cuando menos te lo esperas, se saca un nuevo tema de la chistera. Veintisiete años de vida y diez de ellos dedicados a la música. Durante el confinamiento ha estado trabajando en nuevas canciones junto a su fiel compañero J Heras y el pasado mes de junio estrenó un single inédito, Me Va Bonito. Este verano recibió un disco de oro por la versión acústica del mítico Llórame y escribió en su perfil de Instagram: “Esto simboliza lo que estáis haciendo con nuestra música, esa manera de hacerla vuestra, de llevarla con vosotros y en vuestras vidas, de venir a los conciertos a hacer catarsis. Este primer disco de oro es por vosotros y para vosotros, y ojalá el primero de muchos”. El primero de muchos, seguro, porque Zetazen es un no parar y cada canción que estrena es un balazo que va directo al corazón. Medicina para el alma.
El propio espejo de Zetazen
El nuevo tema de Zetazen, Vente, es la propia definición del particular estilo del cantante madrileño. Sus típicos beats, su producción electrónica, un ritmo muy marcado, rimas milagrosas y la guitarra como personaje protagonista. Como elemento principal, la voz rota y sensible de un joven rapero versátil que no esconde sus sentimientos.
Vente habla por sí misma del propio artista y su relación con la ‘fama’ y los escenarios. Zetazen invita a entrar en su vida y a experimentar sensaciones. Y desde el principio avisa: “No miran a donde yo, me están mirando a mí”. “Qué diría de mí el yo de 5 años atrás”, piensa. A pesar del lado bueno de la música, también hay momentos en los que aparecen “cuervos rodeándome cuando va bien” y nadie lo cuenta. No todo en este mundo es lo que parece. Él lo define como un “amor-odio a la presión”.
Hace tiempo que priorizó “la intuición frente a la mente y el corazón”. Por ello invita a pensar “qué se siente al vaciar la mente”. A veces es necesario despojarse de pensamientos y presentimientos para no caer una y otra vez en el mismo hoyo. Aunque, desde ese agujero reconoce que se escriben las mejores canciones: “Tiendo a escribir cuando veo dolor”.
Miles de veces se ha enfrentado a comentarios destructivos: «Tu música es mala» o «No sabe a nada, échale sazón». Gracias a Dios por esa música mala y edificante. A los hechos se remite: “Sold out siempre que toco en Madrid”, una hora y media en una burbuja de música y bienestar; una pausa a los problemas. Al igual que para él la música es ese elixir que cura la ansiedad, para sus fans siempre será una medicina para el alma. «Si has llegado hasta aquí, entonces ve hasta el final», dice.
El madrileño lo extrapola al contexto de una relación sentimental. “La fama no es sencilla” y si vas a enamorarte de un artista, será mejor que conozcas su mundo primero y te pongas en su lugar (“Abróchate mis zapatillas”). Escucha lo que tiene que decirte, porque no es “lo que te cuenten”. Dice que no se junta con la envidia y que es agradecido siempre, aunque tiende a separarse de la gente “como el agua del aceite”. En este tema, Zetazen se convierte en una persona transparente y muestra toda su autenticidad, apartando el ego a un lado. Él mismo escribe: “Ahondar en mi yo más íntimo para después coger lo que me voy encontrando y representarlo en una figura pública es de las cosas más irónicas que he aprendido a llevar”. Si eres capaz de comprender, entender y soportar, “si quieres vente, a mi lado es diferente”. Aunque, a partir de ahora, todo lo que ha hecho y hará ya no es por nadie, “ahora es por mí”.
El videoclip, dirigido por Christian García, es un espejo de Zetazen y esta canción. En el corazón de la Costa Mediterránea, el madrileño canta “mirando al mar” desde la playa. Colores cálidos, un amanecer y unos pies descalzos que caminan por la arena. Un conjunto de elementos pensados para conseguir la estética perfecta para un tema tan personal como Vente, en el que se desnuda musicalmente hablando.